Conciencia CaLYS.

(...) Un ser a través del cual comienza a manifestarse el Fuego Monádico o Fuego del Espíritu es puro Silencio. Su ser, su vida, su conciencia se torna un reflector de una luz mayor, expresión de un profundo y misterioso estado de conciencia que podemos llamar CáLYS, Conciencia CáLYS.

Las diferentes membranas que lo distanciaban de su identidad esencial y original son perforadas por el Fuego del Espíritu, tornándolo en un servidor-transductor del Fuego del Espacio. Es aquél que vive en este mundo más no pertenece a éste, pues se ha tornado un auxiliador en este valle de lágrimas. Ya no se pertenece a sí mismo, pertenece a la Vida Única. Él es la expresión de la Ley, Ley que conoce los designios de toda la creación.

En este estado de conciencia CáLYS el ser se reconecta con su vastedad interior, sumergiéndose y moviéndose a través de las aguas del Espíritu. Su presencia en la vida planetaria atrae potentes Fuegos Cósmicos que impregnan la órbita terrestre. Su expresión reverente y Sacerdotal sacraliza y organiza todo a su alrededor, pues al ser manifestación de una Ley Mayor, dignifica y consagra todas las partículas en torno de sí.

Vive en profundo silencio y obediencia, tornándose expresión de la Vida Divina. Organiza los éteres, sincroniza la vida externa con la vida interna trayendo así un patrón de vida superior. Se convierte así en enunciador de un nuevo amanecer.

Como expresión de la conciencia CáLYS, es reflector de potentes Fuegos Inmateriales, Fuegos que no descenderían a la superficie terrestre sin su presencia que es pura entrega y obediencia. Un individuo en alineamiento CáLYS puede manifestar en los planos externos la radiación de un templo de cura, templo estabilizado en los planos internos. Por sobreposición-radiación, puede llegar a ser prolongamiento de un Fuego Estelar, permitiendo así sacralizar la vida, elevar y transmutar lo cotidiano. (...)

El Camino del Lirio - Andrés Ríos